domingo, 21 de enero de 2007

Sobre las fumigaciones con glifosato y la polémica internacional que ellas generan

Tal vez muchos se sorprendan por lo que quiero opinar aquí hoy, pero antes que ambientalista, humanista. No soy amigo de las políticas del presidente Álvaro Uribe y mucho menos de las fuerzas militares. Sin embargo, el clima político internacional se está revolviendo porque el nuevo presidente del Ecuador, Correa, está atacando permanentemente los asuntos políticos internos de Colombia con el apoyo de Chávez de Bolivia y Morales de Bolivia, presidentes de izquierda. En su carrera hacia la presidencia, el nuevo presidente del Ecuador se manifestó en repetidas ocasiones contra las políticas internas de Uribe, negándose a llamar a las FARC terroristas. Eso podía ser bueno, yo tampoco estoy de acuerdo con quitarles a las guerrillas el estatuto político que siempre han tenido y de paso negar la posibilidad de negociar con ellos la paz, esto porque no creo que la salida sea la violencia y porque ellos manifiestan un descontento social que debería ser atendido por el gobierno, y no veo que haya otra salida para la paz.

Sin embargo, cuando estas guerrillas se financian con el dinero de la coca, que sobradamente se sabe que no sólo cuesta las vidas de cientos de personas en nuestro país (no sólo por cuestiones militares, sino por venganzas y control del negocio entre las bandas), sino que afecta la salud física y mental de quienes utilizan esta droga procesada, siento que cambia la cosa. La guerrilla colombiana pasó a beneficiarse del negocio de la coca después de haber estado en su contra durante los años 80, razón por la que algunos dicen que murió ideológicamente y ya no hay guerrilla por la pérdida de la ideología. Yo defiendo el estatuto ideológico de las FARC por mostrar ese descontento social que viene de la política (y entiendo los problemas que eso acarrea con la clasificación de lo político), pero ni loco defendería sus métodos de financiación o de combate, deberían seguir los pasos del M-19 o del ELN, quienes actualmente están negociando con el gobierno o son parte de él, según el caso. La guerrilla, entonces, está vulnerando la salud y la vida de la gente que pretende defender, como si acaso las drogas fuesen un problema de la burguesía y el proletariado no las usara. El gobierno, desde hace muchos años, apoyado por Estados Unidos y otros países consumidores, ataca los cultivos de coca con glifosato, que parece ser la solución sin que pase de ser un veneno, que hasta donde sé no es poco común en el agro. No niego que el glifosato destruya las plantas o afecte la salud humana, ni que cause un daño grave al ecosistema, aunque esos son los resultados de las investigaciones de ambientalistas, en las cuales creo tan poquito como creo en las del gobierno. En efecto, el gobierno construye verdades según su conveniencia, no permitiría decir que el glifosato es malo para la salud, pero lo mismo pasa con los ambientalistas, construyen verdades según les conviene y jamás dirían que el glifosato es bueno en algún sentido.

Bueno, las fumigaciones con glifosato son la gran piedra en el zapato para la diplomacia internacional bilateral actual. Además de que el Ecuador últimamente se muestra agresivo con Colombia en cuanto a las relaciones mutuas en el área de frontera (aunque no inocentemente), ahora salieron con que no quieren que Colombia fumigue las zonas fronterizas con ese país, zonas plagadas de cultivos de coca. La otra opción, evidentemente más ecológica, es la erradicación manual, sin embargo, ese proyecto ya ha sido puesto en práctica. Helicópteros rodean la zona, hay ejército por todo lado y aún así, los erradicadores fueron asesinados por la guerrilla para evitar que terminaran con los cultivos.

Ser militar no es fácil, el ejército nacional, a pesar de recibir mi nulo apoyo, presta un importante servicio a un país sitiado por la guerrilla que masacra sin sentido y atenta contra la vida de culpables e inocentes por igual. Necesitamos un ejército que evite que haya secuestros, que luche contra los que tal vez no sean enemigos de la democracia, pero sí del pueblo. Otra cosa es que sean corruptos, pero ese es otro punto que hay que tratar en otro lado. Incluso si ese ejército es la misma guerrilla, necesitamos alguien que nos defienda de los abusos de los que nos atacan a los de a pie (aún así no me enlistaría). Estos muchachos que son la carne de cañón de la maquinaria estatal resultan muertos en una guerra que no es de ellos, así como la carne de cañón de la guerrilla o los paras terminan muertos en una guerra que no es nuestra. Entre estos muchachos no están los ambientalistas, obviamente. Ellos no entienden qué significa estar en campaña, sin saber si un fusil apunta a su cabeza y sin saber si el agua que bebieron la noche anterior fue envenenada por la guerrilla. Yo tampoco lo entiendo muy bien, pero me lo he imaginado, por lo que ahora los defiendo. Los erradicadores de coca son esta carne de cañón, los que “dan papaya” a la guerrilla para morir trabajando, porque para todos ellos esta no es más que una forma de rebusque, de sobrevivir. Muy pocos, aseguro, estarán entregados allí a los ideales de la Patria. La erradicación manual no es el medio para la destrucción de la coca, resulta poco efectiva y sumamente peligrosa por el inmenso peligro. Nos queda el Glifosato con la catástrofe ambiental que acarrea. No sé, sinceramente, si esa catástrofe ambiental pueda ser controlada de alguna manera, pero ahora que están dando cien mil millones de pesos (algo así como 45 millones de dólares) como premio a la mejor propuesta de investigación sobre el agro para impulsarlo, creo que sería interesante proponer eso, una investigación sobre la forma de arreglar el impacto ecológico del glifosato, y así ver cómo reducir el impacto sobre el ambiente de este químico que desde antes se usaba en el agro, incluso en Ecuador. Si la guerra se acabase, adelante, hasta yo me voy a arrancar matitas de coca, pero no puedo defender esta vez a quienes apoyan la masacre de campesinos, ellos no son terroristas y tal vez poco han medido sus palabras.

Ecuador debería ayudar en esto a Colombia, hacer una investigación conjunta de cómo eliminar los cultivos que seguramente ya han pasado a su territorio, porque no hay un muro que separe a nuestras hermanas naciones y seguramente ya han llegado allí. Esperemos que en Quito no empiecen a pulular los traquetos, que allí no tengan que sufrir lo que acá sufrimos en parte por su reticencia en cuanto a la droga, en su insistencia en que se deben acabar las drogas, pero su beneplácito con los cultivadores. Al apoyarla, no se estarían metiendo en asuntos internos, cosa que ya han hecho. Es necesario fumigar la coca para acabar con el flagelo internacional de la droga, eso si, sabiendo cómo solucionar las problemáticas que nos crea. No podemos mandar a matar a los erradicadores y soldados que apoyan la erradicación manual. Quien diga que se puede hacer, que no hay peligro al erradicar con la mano, no conoce nuestra historia reciente. Hay que acabar la coca, y lo menos que se puede esperar es la cooperación internacional en un problema que nos afecta a todos.

Me imagino ya la mano de madrazos que este post va a generar, los invito a mentar a mi progenitora en los comentarios si así lo desea, pero como condición les pido primero que se imaginen lo que implica estar erradicando coca con la permanente zozobra de imaginar que puede ser la última vez que ven la luz del sol.

6 comentarios:

Víctor VE dijo...

Aca a Sendero Luminoso tratan de llamarlo guerrilla, y no lo es para nada, es un vil grupo terrorista. No se como será el rollo por alla con las FARC pero a mi me parece q es igual que sendero luminoso, o sea terroristas. Simplemente joden al pais y deben ser exterminados uno por uno. Y lo de la coca, es raro que con tanto adelanto en biotecnologia no hayan podido crear una bacteria que solamente se alimente de las plantas de coca, algo raro no?? plata hay.. pero habrá voluntad?

javierguillot dijo...

Estoy parcialmente de acuerdo con su opinión y parcialmente en desacuerdo. Mi diagnóstico es que su desconfianza frente a la erradicación manual se origina en una preocupación por la vida de los erradicadores, que a su vez se origina en una creencia (históricamente justificada) de que el apoyo de las FF.MM. no es suficiente para salvaguardar sus vidas. El problema, como yo lo veo, es justamente este último. Creo que los casos en los que ha habido masacres de erradicadores pueden rastrearse a errores estrátegicos tanto del gobierno como de las FF.MM. En el caso de La Macarena, planearon una operación de una magnitud tan grande que no había fuerza militar capaz de vigilarla. Yo no soy general ni sé de milicia, pero no dudo de que hay gente que puede cranearse cómo cuidar a civiles efectivamente en una zona de conflicto. De que hay riesgo, lo hay, lo importante es cómo reducirlo. Lo importante es cómo hacer que ese creencia históricamente justificada deje de estarlo. Por otro lado, el glifosato tiene otros problemas distintos a los ambientales (que no son pocos): en lo fundamental, no es una erradicación tan definitiva como la manual. Hay veces que los cultivadores cubren las hojas con sustancias que impiden la acción del glifosato, otras veces la aspersión no es lo suficientemente buena y toca fumigar otra vez, otras veces las raíces sobreviven y vuelve a nacer la coca. En fin. El tema es complejo. Aunque yo no me identifique completamente con el conjunto de los "ambientalistas", ni tampoco es que lo voy a madrear, sí digo que preferiría que mi gobierno apostara por la erradicación manual y no por el glifosato.

Mhaurizio dijo...

Si, tampoco estoy diciendo que el glifosato sea agua bendita, y en efecto mi preocupación en por la vida de soldados y erradicadores. Lo ideal sería una salida racional al conflicto, porque en lo personal considero que lo que acá no debe tener discusión es que la coca es un problema enorme y de allí es de donde se financia el conflicto. Sin embargo, es necesaria una salida rápida, por eso me gusta el glifosato, a corto plazo es más rápido, aunque en definitiva la única salida verdadera es la negociación, pero una cosa justa y que no sea como siempre en este país, es decir, una negociación donde el gobierno pinta pajaritos y su incumplimiento crea a los pájaros o las águilas negras. Me gusta el glifosato, al igual que la erradicación, a corto plazo, peor acá lo que se necesita es algo bien distinto. Aveces me hace falta la revolución campesina en colombia...

Gracias por no madrearme!

Anónimo dijo...

¡Exigimos claridad y resultados definitivos, no contradicciones! "Es necesaria una salida rápida, por eso me gusta el glifosato"... "pero acá lo que se necesita es algo bien distinto" !?!

¡Abajo el cortoplazismo fachoburgués!

¡A estudiar y trabajar por la liberación nacional!

shaikai dijo...

Los ambientalistas como el gobierno (y EEUU) han presentado *estudios* contradictorios sobre el glifosato: unos dicen que es nocivo, otros que inocuo en cantidades limitadas. Eso fácilmente puede hallar su origen en manipulación de la información. En esa situación no daría mi voto por fumigar.

Mhaurizio dijo...

si...somos víctimas de la construcción de verdad por ambos lados, por eso creo que ante la imposibilidad para decidir, prefiero sacar mi parte de la discusión del ambientalismo al humanismo, por eso hablé desde ahi.

Por otra parte... ni un madrazo...