viernes, 23 de enero de 2009

Obama, Moreno y Juanes: una buena noticia y dos recados groseros.

Ya es definitivo, no tengo la templanza ni la paciencia ni la constancia para publicar al menos una vez por semana en mi Blog. De hecho, en este momento debería estar trabajando, pero quiero escribir sobre un par de asuntitos en la política nacional e internacional que me parecen importantes.

El primero, obviamente, Obama. El pobre hombre tiene la desgracia de ser percibido como la fórmula mágica para la crisis estadounidense, no sólo económica, sino diplomática y hasta moral. Moral no en el sentido de la decadencia de la raza, sino del nacimiento de ultraconservatismos cristianos, los cuales llegaron a poner en la página de la casa blanca un link a un sitio que asegura que el sexo es para imbéciles y la virginidad para ganadores. Dios (el mío, no el de ellos) quiera que no lo lea mi novia, pero más allá de eso, el conservatismo estúpido (por eso quiero a mis amigo godos, son godos pero tiran, y sin medias) de esta gente estaba respaldado por el gobierno de jorgito el arbusto caminante. Es decir, el gobierno Bush es más idiota y a muchos más niveles de los que se cree. Pero no es de eso de lo que quería hablar. Quería hablar de inclusión social. Es impresionante lo que en EE. UU. Se ha logrado al respecto. Elegir a un negro es bastante avance contra el racismo. Pero es que no estamos hablando de un negro solamente. Es un negro, hijo de madre soltera, musulmán converso, criado en una de las regiones más lejanas del país y pobre. Le falta ser homosexual. En Colombia un chocoano negro hijo de madre soltera tiene casi por nacimiento las puertas cerradas. Más aún un terrorista, perdón, musulmán de nacimiento. Acá una persona con ese perfil, o mejor, con cualquiera de esos elementos, nace excluída. En Estado Unidos se vio en esta ocasión, tal vez por casualidad, una superación de esas barreras raciales y sociales. Tal vez se deba al odio al régimen anterior, por lo que se manifestaría nada más que revanchismo, pero prefiero creer que es un síntoma de cambio. Las cosas están duras para este presidente, pero así mismo cuenta con apoyo internacional y nacional, lo cual no es todo, pero puede ayudarlo a superar el merequetengue extraño en el que se encuentra sumido el país tras el oscurantismo. Ahora bien, no tuvo mucha ventaja en cuanto a voto popular, lo cual hace más o menos dudoso el apoyo. A pesar de arrasar en votos lectorales, no arrasó en votos populares, lo cual hace dudoso mi argumento y además prueba lo bien diseñado que está el sistema electoral gringo, tan efectivo para representar el sentir del pueblo como cuando fue diseñado por, según The Daily Show with Jon Stewart, un grupo de simios ebrios. Las cosas pueden pintar bien, no hay fórmulas mágicas, pero si todos cooperan, la cosa se puede arreglar. Esperar sentados nosotros los sudacas.

La otra cosa que quiero nombrar no está confirmada, pero creo que en nuestra ciudad se prohibió andar dándose pico con la novia o novio por la calle. Lo leí en el Espacio, el diario para las castas bajas de la ciudad de nuestro estricto sistema que haría decir a los hindúes que somos psicorrígidos. No compré el diario porque andaba sin 5 y en su versión electrónica la encontré, pero no se alcanza a leer. A mi también me molestan las personas dándose besos por la calle a menos que me los estén dando a mí. ¿a qué juegan nuestros digirientes (no escribí mal, son los que nos cagan)? El alcalde Moreno ha sobresalido por su ineptitud, cosa que me ha permitido burlarme de todos los que votaron por semejante pelafustán nieto de dictador. ¿No hay un sin fin de cosas IMPORTANTES de las cuales preocuparse? ¿no está la ciudad hecha un nido de ladrones? ¿no le robaron a Kyley Minoge (o como se escriba) la maleta en Bogotá? ¡Dios Mío! ¿A qué juega este señor ahora? YO me imagino que la ley va en contra del detrimento moral, en especial el producido por las comunidades LGTB. Ahora pagamos todos el pato porque a un par de godos les raya ver una pareja de hombres o de mujeres besarse. ¡Pues que se acotumbren! El derecho a expresar amor a quien se quiere, siempre y cuando esa persona sea consciente y responsable de sus actos, en forma moderada y no expositiva (tampoco vamos a defender el sexo en público, aunque tenga su encanto) y obviamente por mutuo acuerdo, es parte de la autodeterminación del sujeto. Soy heterosexual y me vale cinco que el mundo lo sepa, y si a un homosexual le da por agarrarse a picos con su pareja, pues que lo haga porque ambos tenemos el mismo derecho. Prohibir las manifestaciones públicas de afecto, es decir, mandarnos a la UPJ por andarnos dando picos con la novia, es una cosa arbitraria y ridícula, y n el ondo, creo que un ataque godo a las comunidades LGTB. Y por ahí derecho a los que andamos en las mieles del romance. Espero que la información del Espacio no sea cierta, porque no sería más que una cortina de humo para cubrir la ineptitud del alcalde.

Por último, otra noticia política, pero esta relacionada directamente con nuestro nuevo prohombre, el machote del año 2008, el indestronable Juanes… El “roquero” “comprometido”. Si ese man es rocker, yo soy Jose ÇAlfredo Jiménez. Ese es un pseudomacho blanco, católico y de buena familia, como cierto paraco con finca que no nombraré. Es decir, Juanes podría ser el próximo presidente de la repúbica: llena todos los caracteres necesarios para calentar las entrepiernas del electorado, único criterio importante en las elecciones en Colombia. Pero bueno. Antes de seguirme regando contra nuestra plopstar criolla, o mejor, paisa, recomiendo la lectura del siguiente artículo que resume mis sentimientos:

http://www.semana.com/noticias-opinion-on-line/personaje-del-ano/118917.aspx

Gracias Carolina.

Ahora, a esta suma de crímenes de guerra, quiero añadir uno que tiene que ver con la política internacional: En el video “odio por amor” hay un alto contenido político antichavista y anticastrista. Quien lea este despeñadero mental más de una vez al mes sabrá que ambos me caen tan mal como Uribe. Invito al lector a ver el video y acar sus propias conclusiones:

http://www.youtube.com/watch?v=4kYql2ZcEBQ&feature=related

41-44 secs: “dos hermanos no se deben pelear”: al principio de la oración y al final aparecen respectivamente las banderas de Colombia y Venezuela. Esto puede parecer bonito… ¿pero cómo?

52 secs: “es tiempo de cambiar - It’s time to change”: al fondo se aprecia la bandera de Venezuela. Se repite un par de veces la imagen.

1:10: “odio”: dice odio mientras pasa sobre la bandera de Venezuela.

1:15 “It’s time to change” pasa sobre la bandera venezolana nuevamente.

2:19 pueden decirme paranóico pero ahí se ve la bandera.

2:28 “It’s time to change” al fono la bandera.

2:38 Idem con la bandera de Cuba.

2:43-44: Pasa por encima de venezuela al decir tiempo de cambiar.

2:51-2:55: Reite varias veces el cormi entras al fondo se ven tres líneas amarilla, azul y roja, con algunos destellos de blanco sobre la azul: una vez más la bandera de venezuela.

Seré un paranóico, pero 7 apariciones de una bandera frente a ciertas palabras parecen querer relacionar esa bandera con ciertos sonidos, ciertos mensajes. Eso no es un acto inconsciente, sino un acto plenamente conciente de antiinstitucionalismo e intromisión en la política de otro país por parte de Juanes. Que tenga la poción política que bien se le entre en gana, pero a lo que no tiene derecho, ni él ni nadie, es a jugar con la mente de las personas para lograr u objetivos, que entre otras cosas, no le incumben realmente.

sábado, 3 de enero de 2009

DMG: Más de lo mismo (o de la vieja nueva Colombia)


Tengo un tanto olvidado el despeñadero mental, al punto de haber ignorado el suceso del año pasado: El gobierno tuvo que (volver) a aceptar los falsos positivos. En esta ocasión no fueron bombas de bajo poder asesinando indigentes, en este caso son “abducciones” de jóvenes (eso me ha hecho temer caminar por mi barrio más que de costumbre) que luego aparecen como bajas de la guerrilla, aunque jamás hubiesen tocado un arma en su vida. Así, se cobran las recompensas y se reciben los honores otorgados a los “soldados” de la “patria” que masacran inocentes para sentir que sirven a algo superior (sin ofender a los pobres rasitos que pasan meses en la selva arriesgando el pellejo porque no consiguieron más empleo). En cualquier país premoderno con un poco de decencia el ministro de defensa hubiese renunciado y posiblemente se hubiese empalado a sí mismo en mitad de la plaza pública para que la gente le tirase tomates. Pero esto es Colombia, y si no tumbamos a presidentes narcos, ociosos o paras, ¿por qué ofendernos por esa tontería?

Pero como la cosa se estaba complicando, y sin tener que esforzarse demasiado, llegó a la vez una tragedia social que se veía venir: negocios de “pirámides” empezaron a derrumbarse en todo el país. Pero como esto es Colombia, esas pirámides se habían vuelto el principal sustento de muchas personas. Por eso, nos culparon de mafiosos y dijeron que nuestra cultura facilista nos llevó al carajo. Yo no perdí dinero con esas pirámides, pero justifico a quienes sí en tanto… Esto es Colombia. En un país donde un profesional sin postrados no suele recibir más de 350 o 400 dólares al mes, y una persona sin estudios no recibe más de 250 o menos, donde el salario mínimo subió en apenas 13 o 14 risibles dólares a pesar de tener muy buena tasas nacionales de crecimiento, en un país donde no hay desempleo porque el “rebusque”, la venta ambulante y el subempleo cuentan como empleos y aún así llegamos a cifras altas (la última que recuerdo era como el 13%)… Cualquiera a quien le ofrezcan fórmulas mágicas para conseguir dinero, tiene derecho a probar. Las tres tonterías que sé de economía me indican que el dinero no se multiplica de la nada así, pero entiendo a quienes sin saberlo invirtieron. Mafiosos quienes a pesar de saberlo, siguieron metiendo, como un par de jóvenes empresarios de apellido Uribe y uno que otro amigo del papá de los muchachos: eso se llama codicia, agravada por el hecho de saberse que ningún negocio legal puede dar esas ganancias. Esos si son mafiosos, el pobre que hipotecó su casa para ganar algo no. Y eso que no quiero hablar de nuestro chupasangre sistema bancario… no ahora al menos.

Pero una de estas pirámides (sin que sea claro que lo sea) no tenía mucho en contra. No había estafado a nadie aún y el negocio parecía sólido. Si bien David Murcia Guzmán estafó a mi prima y una de sus amigas en DMG Producciones cuando hicieron de extra en Bolívar soy yo, la comercializadora no tenía muco en contra. El gobierno decidió intervenirla y oh sorpresa: otra cortina de humo para tapar los falsos positivos. Son cosas tan sospechosas como que a Ingrid Betancourt la rescataran justo en medio del boroloco por la yidispolítica. Es decir, en este país juegan con nosotros de manera descarada y nosotros nos seguimos dejando. A DMG la vincularon con los paras, los narcos, la guerrilla… pero bien pronto la desvincularon de toda la farándula y todos los políticos que no sólo habían metido plata allá, sino que en ocasiones eran socios. La plata con seguridad era cochina, es matemáticamente imposible conseguir el dinero de la nada. A pesar de todo, el presidente sigue subiendo en popularidad (no, no escribí mal).

Hay una crisis social en Colombia, pero su materialización no es la protesta que están haciendo a un par de cuadras de mi casa o la pequeña guerra civil que se formó al sur del país cuando el gobierno cerró DMG y algunas otras entidades. La materialización de nuestra crisis radica en el teatro montado para encubrir los falsos positivos. Esa crisis es un resumen de lo que ha sido Colombia durante la historia: un grupo en el poder (políticos, banqueros…) hace lo que necesite para mantenerse en el mismo. Cualquier forma de ataque al mismo implica una respuesta fuerte, llámese la violencia de los cincuenta, la destrucción de los planes de reforma agraria de López papá, el asesinato de Gaitán, la “retoma” del palacio de Justicia, los asesinatos de Gaitán y Galán, las alianzas con los narcos, el paramilitarismo, la seguridad democrática, el rescate de secuestrados… La lista continua y realmente no quiero seguir. Las promesas de cambio que vinieron con la Constitución del 91 fueron insuficientes para someter a nuestras costumbres políticas coloniales, costumbres de vasallaje donde la palabra del “doctor” citadino no se pone en duda. En este caso, lo que nos tocó es la destrucción de una empresa que, sin importar lo honesta que fuese, estaba poniendo en Jaque al sistema bancario y la economía en varios lugares del país. Las consecuencias de esa destrucción están dadas por la inminente crisis social y económica que, aunque digan que no, ya estaba anunciada. No la crisis de DMG y las pirámides, sino la crisis de la colombianeidad.

¿Qué más decir? No hay mucho. Simplemente esta es una respuesta (cruel como siempre, pero) predecible. Una crisis que amenaza un gobierno, a la que se le responde con los medios adecuados: un chivo expiatorio que curiosamente aparece en el momento indicado, al que le encuentran nexos hasta con la abuelita del papa, que es tan idiota como para poner el logotipo de su empresa en un cargamento de cocaína y que acepta fácilmente sus culpas empuercando hasta el nido de la perra. Si… como no. Y como siempre, poco importa que se acaben los pobres entre sí, ya sea con disturbios o con huelgas de hambre a media cuadra de mi trabajo.

David Murcia Guzmán es un ladrón porque en efecto robó a mi prima. Recuerdo que personalmente fui a buscar hace varios años al que sería un personaje en la vida nacional, el verdadero personaje del año 2008: el que puso a temblar a un país entero más que cualquier paraco, guerrillero o presidente. Me llevaban por si había que partirle la cara, o al menos para asustarlo al ser más feo que él. Esa mañana, en la 13 con 6algo, DMG estafó a mi prima, convirtiéndose en lo que se sería varios años después: una muestra de lo que es Colombia, un país donde las jerarquías y el mantenimiento de las posiciones sociales está tan vigente como en 1800. Un país donde por más que se intente cambiar, tanto por la razón como por la fuerza, seguiremos fracasando, porque son demasiadas nuestras costumbres y nuestra cobardía como para poder lograr una verdadera nueva Colombia.