domingo, 28 de septiembre de 2008

derechos humanos y torcidos ideológicos

En este blog se le ha arreado la madre al presidente de Colombia, y mucho. Sin embargo, esto no se debe a que yo sea antiuribista ni nada. Es por eso, que hoy arrearé la are a otros dos. A mí lo que me interesa, y le informo al sapo que denunció mi blog para que sea cerrado, es la protección de los derechos del hombre y la instauración de la democracia real, radical, donde todos participamos. Por eso hoy arrearé la madre a Chávez y a Castro. Empecemos por el más dinosaurio.
Antes de empezar, dejo acá los dos lados de la noticia.
http://www.kaosenlared.net/noticia/rechazo-cuba-ayuda-eeuu-tras-huracanes-version-falsimedia
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7602000/7602487.stm

Bueno, no creo en ninguno de los dos. Me voy a limitar a lo que ambos comparten: Cuba rechazó las ayudas humanitarias ante los desastres creados por Ike y Gustav. El argumento es básicamente quelas ayudas humanitarias son un juego político y que Cuba es autosuficiente como para contener las necesidades del pueblo. Pero esos argumentos no me cuadran.
Empecemos por el argumento más débil. Cuba no es autosuficiente. Cuba es una piedra seca, y a menos que quieran alimentar a su pueblo de tabaco, azúcar y ron, es imposible que una isla con tantas deficiencias económicas y que depende tanto de sus aliados pueda subsistir y sobrevivir a una tragedia humanitaria como estas. Además, aunque lo pudiese hacer, la economía de la isla es demasiado precaria para que esto no representase un golpe a la misma.
Pero hay algo más importante que la economía. Los cubanos son personas, aunque a Fidelito y raulito no les guste aceptarlo. Al ser humanos, estarían cobijados bajo el derecho internacional humanitario, me vale cinco si Cuba lo acogió o no. Por esta razón, negar por razones políticas la entrada de ayuda humanitaria que puede salvar la vida de al menos una persona, implica una forma de genocidios. En efecto, no es la primera vez que pasa en el año, es claro, pero la posición intransigente de los comunistas contra las ayudas nos muestra lo poco que les importa el pueblo, al parecer es más importante mantener una pose ideologico-política que asegurar la vida de los gobernados, el mínimo que tiene que cumplir cualquier estado.
Así mismo, tenemos otra payasada del chavito. Este disque presidente disque bolivariano expulsó al equipo de Human Rights Watch por que su informe estaba contra la constitución de Venezuela. El informe no está contra la constitución, por el contrario, dice que Chávez disminuyó la democracia la institucionalidad en Venezuela. A Uribe le viven sacando en cara cosas y aunque madrea a cuanta ong se le pasa por el frente, no ha expulsado a los delegados por llevarle la contraria. Los informes, acá:
http://hrw.org/english/docs/2008/09/19/venezu19853.htm
http://hrw.org/reports/2008/venezuela0908/
Seguramente Chávez se siente bolivariano y desprecia a las entidades de derechos humanos porque como Bolívar, es un esclavista. No le importa el bienestar de los venezolanos. No le importa más que llevar su proyecto socialista del siglo 21. Creo que mi generación es activista pero no socialista básicamente porque vinos la unión soviética, y aunque defendemos algunos derechos fundamentales, tenemos miedo al socialismo realmente existente. Expulsar a los defensores de los derechos humanos de un país es igual a decirle al mundo que un proyecto político es más importante que la supervivencia del pueblo al cual tiene que proteger. No importa qué tan constitucional sea, pero creo que si una constitución está contra de los derechos humanos, hay que cambiarla.
Se podrá decir que soy políticamente inocente y que mi análisis no es profundo. Lo sé, per entiendo los vericuetos de las decisiones cubana y venezolana. Necesitan desafiar y afirmarse como potencias comunistas regionales. Pero creo también que eso no es política, eso es habladera de mierda. Y si eso es política, la política se tiene que cambiar. Señores políticos, los más importante no es el mantenimiento de una postura ideológica. No necesitan mostrar el pipí a Estados Unidos violentando al pueblo. Es ese pueblo el que deben proteger. Si tienen tana fuerza, muestren resultados en economía y derechos humanos, y dejen de hacer las estupideces que comenten.
Desde el sillón de mi mamá propongo la creación de un ejército internacional y una cárcel internacional. Todos los países miembros de la ONU deben dar una cuota para el mantenimiento de ese ejército. Sin embargo, a diferencia de los Cascos Azules, se necesita un ejército que sirve, y cuya misión sea tomar presos a estos tiranos que frontalmente violan los Derechos Humanos. La Corte Penal Internacional podría juzgar y enviar de por vida a los presos a una isla del pacífico en la que opere una cárcel, cuyo única ley sea l respeto a los derechos humanos. Estos tiranos serían tratados con dignidad y sus familias cercanas podrían visitarlos regularmente. Inglaterra, por ejemplo, se ha robado a través de la historia cientos de territorios. Podría ceder uno para este fin. Ya sé que les duelen los cojones al pensar en ceder su soberanía producida por el robo y el pillaje. No sé, desvarío, pero sigo creyendo que cuando las ideologías está por encima de los derechos humanos, podemos olvidar las ideologías. No sé, eso creo.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Cacería de brujas

Gina Parody a veces me cae mal, y a veces me cae bien. Es innegable que es de lo poco que se puede recoger de la política colombiana, parece que de verdad cree en cosas que yo creo, como la inclusión, la igualdad… Pero a veces sale con unas cosas realmente increíbles. Por ejemplo, el reto a la institucionalidad colombiana que representa la tercera reelección, es decir, el comienzo de una dictadura electiva. Así están los vecinos con Chávez, pero para allá vamos con Uribe. Al menos en Venezuela no parecen creerle tanto a Chávez… La senadora Parody mostró esta semana unos videos que algún sapo tomaría que muestran la vida universitaria. Grupos de encapuchados del Movimiento Bolivariano presentaban su “asociación” a los estudiantes de primer semestre en la Universidad Distrital, y aunque prendí tarde el televisor para ver las noticias, también vi la plaza central de la Universidad Nacional, mi Alma Mater. Y se armó una tormenta.
La guerra contra el terror ha creado un estado general de paranoia. Todo aquel que pase por sospechoso, es culpable. El caso crítico son los “detenidos” de Guantánamo, que ni siquiera son prisioneros, sino detenidos, personas que no son inocentes, que no son culpables… que no son nada. Hay constante supervisión sobre la sociedad civil y todos somos sospechosos (si no, léanse las políticas de privacidad de Facebook o Google). En Colombia, el presidente Uribe declaró el Estado de Conmoción Interior (suspensión temporal del orden jurídico en nombre de la seguridad) y creó una red de sapos encargados de delatar a toda persona sospechosa de terrorismo. Estos informantes están en todo lado y guardan bajo perfil, conozco un par.
Esta mañana llamé a una de mis estudiantes para tener una pequeña conversación en privado. No intenté nada indebido o inmoral, sino que le recomendé que guardara un bajo perfil: ella es de izquierda y no le da pena decirlo, pero no sería chévere que se la llevaran al Cantón Norte a esos sótanos de los que tanto se habla pero que no existen y en los que no se violan los derechos fundamentales para obtener confesiones. Ella es una persona de bien, casi pondría mis manos en el fuego por ella, pero le pasa lo mismo que a mí: por pensar distinto está en claro riesgo de ser tildada de terrorista. Y por ahí hay demasiado sapo.
En Colombia, nuestro tercer deporte nacional es el asesinato de sindicalistas (después del Fútbol y el tejo). Los grupos de ultraderecha matan “terroristas” de sindicatos, a todo “terrorista” que medio sea de izquierda. Pero en una sociedad paranoide esos somos casi todos, así que nadie se salva de ser sospechoso de terrorismo, hasta la Corte Suprema de Justicia, es decir, nuestra conciencia nacional. Así es como berraco…
Pero más allá de eso, y volviendo al sabor del día, se critica al Rector de la Distrital por permitir que los encapuchados hablen, y a los encapuchados por esconderse tras una capucha. Voy a salir a defenderlos a ambos, y aunque espero que no se me confunda con un guerrillero, sé que a la larga los ciegos me acusarán. Poco me importa, ya advertí. EL pobre rector de la Distrital no tiene ni derecho ni posibilidad de detener esto, porque aunque el país sea informado por Radio Casa de Nariño (RCN) y someta a las lógicas paranoides presidenciales a todo pensamiento diferente, la Academia debe ser el sitio de la discusión. Academia, en el jardín de Academos, creo, el sitio donde Platón dialogaba con sus alumnos para mostrarles la verdad. Creo que ya renunciamos a la verdad, pero la discusión quedó, es el gran legado de occidente, es lo que ha valido la pena y que sólo ha fracasado cuando apelamos al proyectil para resolver nuestras disputas. La academia es el lugar de la discusión y la libre expresión, por eso, el rector de la Distrital no tenía derecho a evitar la manifestación del movimiento Bolivariano: tienen ideas, por estúpidas que estas puedan ser. Si su idea es que la gente se una a un grupo “terrorista” que quiere tumbar un estamento que si bien no es ilegítimo, si tiene absolutamente todos los vicios que borran una democracia… pues carajo, déjenlos que los estudiantes decidirán qué hacer con sus vidas. Pero si se gradúan y les toca trabajar 13 horas diarias por 300 dólares al mes (en los mejores casos), después no pregunten por qué hay guerrilla.
Por otra parte, es bien sabido que esas personas tienen nexos con las guerrillas. Además, sus manifestaciones son violentas. No creo en la violencia, me parece una perdida de tiempo, pero termina legitimándose en tanto es el único medio efectivo de comunicación con nuestros gobernantes. El rector también conoce el corte violento del Movimiento, y en ese sentido, el señor sólo estaría cuidando su elegante calva: si no los deja, corre grandes riesgos.
Dije arriba que se criticaba a los encapuchados. La capucha como escondite. Pero lo que no se entiende es que lo que se esconde no es una idea así no más, sino una idea que da cárcel, torturas… si en Colombia tuviésemos garantías de algo, vaya y venga, pero es que acá la única garantía que tenemos es que nos van a matar si pensamos distinto, así que… La capucha representa la seguridad física, la expresión máxima de la libertad de pensamiento, un pensamiento que no puede revelar a su autor porque las redes de poder en las que se encuentra imbuido lo llevarían a la muerte. Yo nunca he usado capucha, pero el mero hecho de escribir en Internet y no gritar en plaza pública también va por este lado. Es miedo, senadora Parody. Hablo en nombre de todos los “terroristas” cuando digo que acá nos da puro y físico miedo expresarnos porque la expresión equivale a la muerte en un país donde la vida no vale nada, pero aún así tenemos la valentía de disentir. Tal vez el hecho de estudiar en una universidad privada y tener apellidos “de renombre” la hace ignorar la dinámica de las universidades públicas. Allá siempre ha habido guerrilla, paramilitares, infiltrados… sin embargo, lo que inició es una cacería de brujas contra los librepensadores que merodean la academia. Caerá alguno que otro guerrillero, pero sé que la mayoría somos simples disidentes. Espero que no nos quemen, eso hacían en la antigüedad… Por ahora, lo único que haré será guardar un bajo perfil, no quiero que me legalicen o me maten en un “atraco”

martes, 9 de septiembre de 2008

mi postura

esto empezó como un piropo... pero me di cuenta de que es en lo que creo, a donde debería ir la humanidad

Dicen los sabios que 1 + 1=2, y dicen que por eso es enorme el poder de la razón. Sin embargo, decía Orwell, por ejemplo, que si el gobierno realmente lo desea, 2+2 serán 5. Al igual, un alumno de Pitágoras murió porque encontró √2 y ese número desafiaba al maestro. Así, la autoridad puede desafiar a la razón o incluso acabar con la vida. Eso nos deja ver que el poder de la autoridad es mayor que el de la razón.



Pero el amor tiene un poder más grande que la razón y la autoridad, pues logra que 1+1=∞. Además, el amor logra que (1+1)-1=0. Esto quiere decir que con el ser amado se tiene todo, pero sin esa persona no se tiene nada. Por tanto, el amor es el mayor poder que puede tener cualquier ser humano.