lunes, 5 de noviembre de 2007

¡¡El alcalde de Bogotá no nos representa!!

He visto, con algo de risa, que algunos “sectores” han propuesto que se cambie el alcalde de Bogotá electo. Samuel Moreno Rojas fue elegido alcalde en unas votaciones que masacraron inmisericordemente a la competencia. Sin misericordia alguna. Fue una votación absolutamente arrolladora. Yo no voté por él, lo considero un oligarca que representa las viejas maquinarias políticas. Es nieto del General Rojas, izquierdista y único dictador de la historia colombiana reciente. Aunque mató gente e impuso toques de queda para contrarrestar la crudísima violencia de su tiempo, es el UNICO presidente que ha pensado a mediano y largo plazo y medio organizado las cosas, sin eliminar del todo la democracia. En Los años del frente Nacional, cuando la democracia colombiana se volvió un chiste mal contado, el partido del General se consolidaba como ganador alterno de las elecciones, y un 19 de abril, la sociedad dejó de saber quién ganaba las elecciones, se silenció la radio y… oh sorpresa, ganó el candidato de Gobierno. La democracia no habló. Ese hecho, como se sabe, originó el movimiento guerrillero que, cosa curiosa, permitió en el 91 que la democracia colombiana pareciera medianamente democrática. Es la izquierda en Colombia la que, después de abandonar las armas, ha logrados los verdaderos avances hacia una democracia.

Pero ahora, en las últimas elecciones de alcalde de Bogotá, elecciones legalizadas por esa constitución de la izquierda, competían un candidato oligarquista contra otro, pero uno desde la derecha y otro desde la izquierda. Samuel Moreno y Enrique Peñalosa, ambos niños ricos, uno ex alcalde y otro ex senador, uno del Polo y otro independiente pero apoyado por la caterva del uribismo. Peñalosa realmente tenía en sus propuestas una campaña social más fuerte que la de Moreno y en últimas, a pesar de oponerse en el papel en el espectro ideológico, resultaba ser la continuidad de las propuestas de Luís Eduardo Garzón, actual alcalde de la ciudad, santo de mi devoción si se miran entradas de hace algunos años en este blog. Muy a mi pesar, ganó Moreno. Yo voté por Florez.

Es irónico que ahora, como ganó un pretendido izquierdista, en redes sociales como Facebook dicen algunos grupos que “el alcalde de Bogotá no nos representa” y similares barrabasadas, escritas, por supuesto, por la pueril y desastrosa ortografía del Chat y el mensaje de texto. Es claro que ahora si se expresó la democracia, en una ciudad cuyo nivel cultural es claramente mayor al del campo, donde las redes de clientela, lo que llamo voto genético y la compra de votos son el común, eso sin hablar de insurgencia de izquierda o finqueros organizados que “amigablemente” recomiendan por quién votar. Al pobre bogotano le gustó que el alcalde se acordara de que él existía (cosa positiva de Peñalosa y Garzón pero claramente no de Moreno) y por eso Bogotá se vuelve progresivamente una ciudad que tiende a la izquierda, donde las propuestas de gobierno buscan la inclusión social, al menos en teoría, aunque en la práctica el éxito de moreno se deba a pertenecer al mismo partido que Garzón. El alcalde de Bogotá nos representa, nos representa con una abstención bajísima, con un porcentaje altísimo, con participación política el presidente diciendo que no votasen por él, con la pregunta cruel que Antanas Mockus le hizo y que los analistas, como buenos analistas, no supieron interpretar… El alcalde de Bogotá nos representa, con toda, aunque yo no haya votado por él. El alcalde de Bogotá, si quieren, puede ser un chavista, amigo del imperio maligno de Venezuela… así como Uribe ha torcido la constitución a su favor y lo va a intentar volver a hacer para perpetuarse en el poder, tal y como lo hace Chávez. Aunque sea Chávez lo acepta.

A la derecha, vemos, le molesta que un partido de la nueva izquierda llegue al poder por medios legítimos. Cuando Uribe gana las elecciones, tenemos que la democracia es lo mejor, pero cuando las pierde, la democracia es un error. La democracia, señores niños ricos que ojalá estén leyendo esto, no es un medio de gobierno para perpetuar a una familia en el poder, sino que sirve para que todos podamos jugar el mismo juego. El pueblo se ha expresado, y si las reglas del juego no les gustan, por favor vayan a un sitio donde la derecha se perpetúe en el poder por sus métodos autoritarios de intimidación. No sé… ¿Irán? La izquierda ya tiene cabida en la democracia, por eso se llama nueva izquierda. Y las reglas del juego son claras, aunque a mi tampoco me haya gustado. En vez de deslegitimar al alcalde por medios accesibles sólo a los aventajados socialmente (si, pertenezco a esta minoría aunque no me sienta orgulloso de la exclusión) por favor ayuden a construir ciudad. Sólo así podremos realmente salir de los errores de las otras generaciones, que nos están dejando un país de mediocridad y violencia.

NO Hay Muerto Malo

No hay muerto malo, o eso dicen. Hoy quiero celebrar, sinceramente celebrar, la muerte del cyborg más maligno que ha pasado por la faz de la tierra, primeros experimentos de inteligencia artificial aplicada a la tortura militar, y posible hermana gemela perdida de Hitler. Alias “norabé” falleció hace un par de meses, o eso creo, pero soy una persona ocupada (irónicamente contradiciendo su vaticinio, donde me predijo un gran fracaso) y no había tenido tiempo de escribir en mi blog. Dicen por ahí que fue la primera mujer en graduarse de matemáticas en una universidad colombiana, dicen por ahí que sus fracasos amorosos la convirtieron en sádica… decían muchas cosas. Lo único que sé es que sus tácticas pedagógicas me llevaron tanto al psiquiatra como a estudiar filosofía. Seguro, hoy, en el infierno, será un gemelo mío quien la torture, pues la señora jamás me quiso en un sentimiento viceberzico y totalmente correspondido. Sé que varios renunciaron al Refous ante la constante humillación del cyborg a quien un día casi golpeo, en tanto que me rajó por el mero placer de rajarme, negando descaradamente que las repuestas de mi examen estaban bien, cuando eran en definitiva correctas.

No hay muerto malo. Pero esa señora fue una miserable con muchos hombres (de ahí que la tildaran de homosexual) delgados y de pelo largo (de ahí que dijeran que un hippie la dejó en el altar). Quien me conozca, sabrá que en mi disoluta juventud llené esa descripción. Y aunque sé que tendré las críticas mojigatas de sectores moralistas por celebrar la muerte de una anciana (“increíble que una persona adulta escriba eso”) no puedo negar que estoy feliz, que realmente siento que la vida es más bella ahora que sé que una de las personas más nocivas de mi historia (y no, no fue una gran docente) falleció. No con esto estoy negando sus virtudes, como el cinismo, el sarcasmo y la inteligencia.

¿Por qué me critican? ¿por qué no puedo hablar mal de la anciana que permanentemente se alisaba la falda en un gesto más bien obsesivo? Porque en Colombia (y no sé si en el resto del mundo) no hay muerto malo. “si quieres conocer tus efectos, cásate, y si quieres conocer tus cualidades, muérete” nos dicen Calamaro y el Tri. Tenemos la costumbre poco objetiva de juzgar a cada muerto como un dechado de virtudes. Pues no, no sé si en realidad no tengo sentimientos, pero no puedo ser subjetivista en este caso, los muertos tienen defectos, y ya. Tampoco visitaba a una anciana tía que me regañaba e insultaba cuando la veía (no tengo que someterme a las torturas de nadie en base a nada) y tampoco considero virtuoso al más grande amigo que he tenido por el mero hecho de estar 2 metros bajo tierra. Han muerto virtuosos, si quieren enumerarse en la comunidad refousiana, tenemos a la señora Laura de Milleri, gran docente, y que nos enseñó historia sin traumatizarnos, lo cual no quita que haya dado un discurso machista y contra la liberación femenina cuando ésta estaba comenzando. El problema es el mismo de siempre. Un “respeto” y “veneración” que en últimas no es más que arrodillamiento por el muerto, como si el hecho de cesar el proceso de putrefacción de la carne fuera un gran mérito. Lo de siempre, arrodillamiento… Lo que siempre he dicho. Sólo el día en que vivos, muertos, ricos, pobres, estudiados, ignorantes, homosexuales, blancos, negros, bisexuales, mujeres, hombres, heterosexuales, sordomudos… cuando todos los seres humanos nos identifiquemos en tanto eso, como seres humanos, con defectos, con virtudes… como iguales, como os sujetos que somos, ese día dejaremos la veneración y la degradación. Atrás ha de quedar la exclusión del rico, el blanco y el anciano. Tras quedará el conservadurismo de nuestra sociedad que es lo que nos tiene sumidos en la guerra y el caos social. Que lo haya hecho un muerto no significa que sea bueno, y por sí, indica una perpetuación de viejas e inservibles estructuras sociales.