viernes, 28 de marzo de 2008

Cerrado por derribo

Bueno... a mis lectores les tengo una noticia: me voy. En un par de dias me mudaré y no sé si pueda mantener este espacio que acaba como inició, desgarrando mi corazón. no sé si tenga internet en mi apartamento nuevo, tal vez, pero no sé si tenga tiempo, o mejor, quiera tener tiempo, para desgarrar de esa manera el alma. A todos gracias. Gracias por compartir mis desvaríos, opiniones, tuzas y arrebatos de pseudoinspiración. Les cuento antes de irme. No volví a saber de Rolling stone (jamás supe) Pero conocí a alguien que me interesa, como profesional y como mujer. Mi chiquilla... desapareció, mejor así, y de verdad esla primera mujer a la que he extrañado en años. es una lástima, ojalá encuentre alguie que la merezca.... aspiro a ser una divinidad, y aún así no soy suficiente para ella (vuelvete monja:P).

Sobre todo eso hay más información en cualquiera de mis otros blogs (donde mhaurizio y juegos de palabras)
Me despido entonces con unos versos del maestro Sabina que vienen al caso:
no abuses de mi inspiración,
no abuses a mi corazón,
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que son los últimos versos
que te escribo.
(para decir "condios" a los dos nos sobran los motivos).

miércoles, 12 de marzo de 2008

Mataron a Reyes y a Ríos. ¿Y?

Mataron a Reyes y a Ríos. ¿Y?

El último post serio que he escrito refería a mi temor a la guerra en Colombia. Hace rato quiero escribir sobre las consecuencias del asesinato de Raúl Reyes, así que aprovecharé este pequeño tiempo libre para desahogarme. Guerra internacional, no la interna que, aunque muchos la nieguen, nos aqueja. Es de conocimiento del planeta entero que uno de los guerrilleros más viejos del mundo fue asesinado por las fuerzas militares colombianas en territorio ecuatoriano, violando así la soberanía nacional del país del sur, lo cual desató una crisis diplomática internacional, en la que Ecuador, con toda la razón, exigía una sanción para Colombia, mientras Colombia acusaba, como suele hacerlo, a todos sus vecinos de ser simpatizantes y cómplices de la guerrilla. Salimos bien librados en tanto no hubo guerra, pero la diplomacia colombiana demostró ser endeble y contradictoria: mientras unos echaban madres, los otros intentaban arreglar las cosas, y todos a la vez. Podemos preguntarnos algo más allá además de cuestionarnos por la evidente falta de profesionalismo de la cancillería (recordemos que el único mérito del canciller es haber sido secuestrado y haberse fugado), o de que nuestro presidente y sus colegas vecinos hayan recurrido a medir fuerza como gallitos de pelea (cuatro líderes carismáticos, y todos figuras ególatras y con clara necesidad de sobresalir, en eso nos parecemos) jugando a mostrar quién tiene el brazo más fuerte (recordemos que son dos militares y un mamerto contra un finquero, figuras típicamente autoritarias, lo que sumado a su carisma personal nos lleva a una verdadera hecatombe tropical).

¿Para qué sirvió todo esto? No creo en las teorías conspiretas de izquierda y derecha que aseguran que son proyectos expansionistas de USA o Venezuela que buscan invadir los territorios enemigos, sin importar si esto lo dice la izquierda o la derecha. No creo que Chávez sea tan idiota como para intentar invadir Colombia militarmente sabiendo que inmediatamente caerían encima enemigos muchísimo más poderosos que él. Chávez juega sus fichas de manera política. En época preelectoral gringa, por otro lado, sería tonto iniciar una guerra, así que USA tampoco está interesado en iniciarla. Entonces, como se ve, no ganaban los proyectos expansionistas de izquierda o derecha. Tampoco se hubiese ganado una guerra de territorio, pues la selva no está en disputa por ninguno de los dos países, la única disputa territorial que tiene Colombia es la disputa contra nicaragua, bastante lejos de las selvas del Sur. Total, internacionalmente, Colombia perdió imagen: se mostró fragmentada y poco profesional, y en caso de guerra no hubiese ganado absolutamente nada. Sin embargo, se puede argumentar con justicia que el triunfo de matar al “barbuchas” es un triunfo en la guerra interna.

Matar a Reyes, o a cualquier miembro del Secretariado, no hace mucho daño logístico a las FARC, en tanto que la guerrilla puede recuperarse fácilmente de un golpe de estos por su estructura. No es un grupo que se acaba al perder su líder. Sin embargo, la muerte de Reyes si es una dura pérdida moral para el grupo, en tanto que así se pierde a uno d los miembros más viejos del grupo. Se puede decir que la subsiguiente muerte de Iván Ríos es consecuencia de esta pérdida moral. Sin embargo, esa muerte es demasiado sospechosa como para verla así. Ríos era parte del ala política de las FARC, miembro joven del secretariado y quien manejaba parte de la zona cafetera. Los triunfalistas del ejército aseguraban que lo tenían cercado (todos los miembros de la guerrilla vive cercados, lo cual me parece al menos sorprendente: ¿cómo carajos no los han matado a todos entonces, si siempre están cercados?) y que la presión llevó a su jefe de seguridad, alias Rojas, a darle un tiro en la cabeza. Rojas aseguró que se debió a la tristeza por la muerte de reyes, sin embargo, es raro que se haya demorado 3 días en llegar al ejército que estaba respirándole en la nuca, es raro que el resto de la columna guerrillera comandada por Ríos no dijera nada ante la muerte de su comandante, y que no respondiera ante los dos disparos propinados. Esto es más que sospechoso y me huele a promesa de reinserción, de plata y de exilio, en tanto que los noticieros no han hecho más que sacar el rostro de un testigo clave que debería ser protegido. Esto lo están usando para decir “reinsertate que en la guerrilla todos son traidores, mata a tus jefes y te damos plata”… Eso me huele mal, pero bien mal, y no creo que la muerte de Ríos se deba a la presión militar. Y hasta donde sé, aún no ha habido mayores deserciones masivas distintas a las de la columna de Ríos, quienes se rindieron a la presión el ejército y la desorientante pérdida de su líder, ni se ha matado a más miembros del secretariado. Cabe preguntarse si en verdad fue un golpe duro en el aspecto moral.

Sea como sea, no creo que Colombia haya ganado mucho con la payasada que requirió al grupo de Ríos para solucionarse, porque ni interna ni externamente se ganó algo más que desprestigio.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Las Marchas del 4 de febrero y el 6 de marzo.

Ya hasta en mi casa me dicen guerrillero. Es parte de la polarización y la lógica paranoide, del juego en el que caen todos los que se unen irracionalmente a una posición, ya sea el uribismo o la oposición. Curiosamente, la izquierda me dice paraco. La misma lógica, pero desde el lado opuesto del espectro político.

No marché el 4 de febrero, donde millones de colombianos marcharon contra las FARC. Esta marcha polarizó al país por su condición sectaria, en tanto que marcharon contra uno de tantos grupos que ejercen el terror. Se llamó a otra marcha el 6 de marzo. Esta marcha busca protestar contra el terrorismo paramilitar y de estado. En ambos casos se marcha contra el terrorismo de un grupo en particular y no contra el terrorismo. Estas convocatorias se realizaron por Facebook, y en ambos casos critiqué exactamente lo mismo: no es una marcha contra el terrorismo y contra la muerte, sino una marcha de odios, dos carnavales del resentimiento.

La marcha del 4 fue acusada de estar parcializada al oficialismo, y no es raro que se diga cuando Uribe abiertamente rechaza a las FARC, ignora al ELN y es indulgente con los paramilitares. Una marcha contra las FARC es una marcha que se orienta contra el grupo que asesinó al padre del presidente. Curiosa coincidencia, aunque yo sigo sin ver una coincidencia. En un aire de revanchismo, las víctimas del terrorismo de Estado y de los paramilitares formaron una marcha contra quienes atentaron contra ellos. Y aunque no hacen marcha, las FARC son un grupo que nació por culpa de un estado ineficiente y agresivo contra los campesinos. Nótese que todos acá tienen un tipo de resentimiento, y la situación actual no es más que un carnaval de resentimientos y luchas personales. Lo más triste es que posiblemente una de estas cruzadas personales, con el apoyo de dos payasos de naciones hermanas, puede llevar a Colombia a un incidente militar internacional.

No marché el 4, y no lo voy a hacer el 6. Ambas marchas son marchas del odio, la exclusión y la intimidación, no hay espacio para la racionalidad, sólo para el resentimiento de un pueblo golpeado con fuerza, que ya se niega a razonar por ese sufrimiento. Ambas marchas son carnavales de la exclusión, de una pretendida mayoría que le dice a una minoría “hey, soy más fuerte que tú”, una forma de intimidación, tiranía de la mayoría en el sentido más literal del término.

Me han llamado guerrillo y paraco, tal vez porque aunque tengo una ideología, intento ser lo más crítico posible tanto de mi posición como de la del Otro. Simplemente porque creo que así es que se construye nación, que así es que se hace democracia, con la cabeza y no con la barriga, dialogando y no intimidando, sin marchas ni hipocresías, sin excluir al otro sino invitándolo a nuestra mesa, conociéndolo, mirándolo a los ojos y encontrando el ser humano en él, sin resentimientos disfrazados de supuestas posturas políticas. Que me sigan llamado como quieran. El país está al borde de una guerra justamente por la pugnacidad connatural al hombre, el resentimiento y la admirable incapacidad para dialogar.

lunes, 3 de marzo de 2008

Miedo

Tengo miedo. Mucho. Siento sobre mí el estruendo de las ráfagas recorriendo el aire. Soy, según el ejército colombiano, reservista de primera línea. La situación internacional de mi país, enfrentado a muerte por ideologías mohosas contra tres de sus vecinos, parece agravarse con cada segundo que pasa. La muerte de uno de los cabecillas de las FARC, Raúl Reyes, ha llevado al gobierno de ese país a tomar medidas diplomáticas extremas contra Colombia por una supuesta violación nuestra a su soberanía que no voy a discutir. Por otro lado, el sapo del vecindario (así llamado Chávez) está aprovechando la situación y tomando represalias por un problema que no es suyo. Es curioso que inicialmente Ecuador haya felicitado a Colombia por ese importante logro en nuestra guerra intestina y un par de horas después estuviese enviando notas de protesta por el mismo hecho. Correa, al igual que Chávez, defiende a las FARC como más que un grupo guerrillero, él ve este grupo como un grupo progresista, un ejército bolivariano del pueblo y para el pueblo. Creo que los únicos que podrían recibir tratamiento semejante son los miembros del ELN, y no estoy completamente seguro. En la supuesta lucha contra el terrorismo, que a mi me parece nada más que una vendetta de proporciones bíblicas, el vecino se molestó por una violación de soberanía que depende directamente de lo que se entienda por violar la soberanía, ya que si se acusa de violación a las tropas colombianas por entrar al territorio ajeno, en efecto la hubo, pero la protesta de ecuador es análoga a que mi vecino se moleste conmigo por invadir su propiedad para atrapar a un ladrón que recién saqueó mi casa y que sin dudarlo irá luego por la suya.

Pero no quiero hablar de política, quiero reflejar lo que siento. Miedo. Miedo a la guerra. Al igual que todos los jóvenes de mi edad, soy reserva del ejército en primera línea, y es bien probable que llamen a las reservas en caso de guerra con los vecinos. No necesito decir que soy pacifista extremo, ni que no tengo entrenamiento militar alguno porque tuve una importante enfermedad que me ha dejado marcado de por vida y con cicatrices en mi cerebro. La guerra no me produce excitación alguna ni está entre mis planes morir o matar en nombre de una guerra que no es mi culpa y en la que no creo. Yo tengo bien poca posibilidad de sobrevivir en un conflicto armado, y por eso no quiero ir a la guerra. No sé si llegue a desertar, pero en definitiva no quiero esa muerte para mí ni para nadie. Lo más triste es que esta guerra no resolvería nada en absoluto: no hay un conflicto real entre los dos (o tres, o cuatro, o cinco) países. El conflicto se debe a pataletas ideológicas traídas de la guerra fría, a enfrentamientos entre visiones deformadas de la realidad que aún ven en el otro a un enemigo a muerte por el mero hecho de ser distinto de nosotros, ignorando los problemas reales de las naciones, que supongo que no serán muy distintos de los de Colombia: exclusión, falta de oportunidades, y droga. No estamos frente a un verdadero problema internacional, sino ante… ante algo que no logro descifrar a ciencia cierta qué es, no entiendo qué pretenden nuestros vecinos al apoyar a una guerrilla que hace ya bastante perdió su cercanía con la política. La solución, contrario a lo que hace Chávez con su actitud de policía, es hacernos a todos iguales, que es bien diferente de hacernos homogéneos, es decir, debemos luchar por unos mínimos de igualdad, por la justicia si es que algo semejante existe, no hacernos a todos iguales a la fuerza: de nada sirve que todos nos vistamos de overol gris cuando los problemas reales no radican en la eliminación de la diferencia, sino en el resaltamiento de la igualdad.

Antonio Caballero decía que el periodista siempre termina escribiendo una y otra vez la misma columna. Por un tiempo pensé que no era así, pero ahora veo que es verdad, y que siempre se escribe lo mismo al criticar la situación, pero es que la situación no cambia, sólo los actores de la discriminación.