domingo, 8 de marzo de 2009

Dia de la mujer (Kaloi) y resto del año del hombre (k'Agathoi)

Mañana, o en un par de minutos hoy, será día de la mujer. También, según la Wikipedia, es el cumpleaños de Jessica Jaymes, actriz porno estadounidense. Esta fecha nació en reacción a la muerte de 146 mujeres en una fábrica estadounidense, representando un triunfo para el movimiento obrero.

Estos datos son lugares comunes tomados de los respectivos artículos de Wikipedia. Sin embargo, no es precisamente esta celebración lo que me lleva a escribir, sino un contenido en la misma del cual empiezo a sospechar. Como ya dije, es un triunfo del movimiento obrero gringo, lo cual debería dar cierto toque de igualdad a la celebración. Debería ser una fecha para celebrar la igualdad en cuanto a derechos para la mujer, sin embargo, se ha tomado más como una fecha para recordar los abusos por parte del hombre. Es necesario recordarlos, claro, pero recordarlos sin celebrar los avances en cuanto a la igualdad es llover sobre mojado. Así como llorar al muerto en la tumba no trae a nadie a la vida, llorar las desgracias femeninas, o como aseguran muchos, ponerlas en un pedestal, celebrar su femineidad y decir que “hay que amarlas y respetarlas” ese día no representa más que el reenforzamiento de los roles que dieron lugar al día de la mujer.

La defensa de los derechos femeninos ha sido un camino difícil comocualquier camino emancipatorio. En Colombia ha habido avances, por ejemplo, gracias al malévolo dictador Rojas Pinilla, que trajo al país aeropuertos, vías que no se han desbaratado en 50 años (en Colombia una calle nunca pasa de tres o cuatro), y la televisión, tambi´n le dio el derecho a participar en la democracia. Así mismo, en el 91 la constitución dejó de percibirlas como un objeto propiedad del marido. Pero lo importante no es lo que se haya dicho en los papeles. Lo importante es que esas cuotas impuestas de participación femenina difícilmente se cumplen. Lo importante es que la emancipación femenina ha tenido las ventajas racionales del buen político y el lagarto políticamente correcto, pero no ha tenido las ventajas de encontrar un público que las escuche ni entre hombres ni entre mujeres. Es alarmante el cinismo con el que los hombres (si, lo dije, a mi no me junten con esos, por favor) hablan de la emancipación femenina, como si fuera algo malo, un pecado o un delito, como si fuera malo que haya sujetos activos y responsables en el mundo. Quejándose, dicen cosas como esta burla:

http://webalia.com/EP/reir/guerra/a7674.html

Mientras el día internacional de la mujer sea tomado como un día en honor a lo que ellas son (es decir, lo que vienen siendo), tendremos problemas. Mientras ellas sean el bello sexo (o mejor, el bello género), los hombres seremos la contrapartida: el complemento en el mix de la oligarquía griega: Mientras ellas sean el Kaloi, es decir, las bellas, los hombres seremos el Agathoi, los buenos. Eso no es más que reforzar el estereotipo judeocristianomusulman de la mujer como fuente de pecado, de tentación y de maldad, como la aliada del demonio que comió manzana y mandó a todo el mundo al carajo. El día internacional de la mujer, o mejor, su interpretación, no es más que el refuerzo de estereotipos, una forma de poner al macho sobre la hembra dándole un día al año para que se sienta bien, pero cobrando los otros 364. Una rosa a cambio de 364 espinas.

Al principio nombré a una actriz porno. No recuerdo el nombre y me da flojera mirar. Pues bien, ellas son el gremio de la liberación más alto. Aunque evidentemente hay explotación vil y vulgar a una mujer, ella lo hace concientemente y segura de lo que hace. Se aprovecha de la idiotez masculina para conseguir muy buen dinero y así poder ser independiente. Se aprovecha de la falocracia y la animalidad para superarlas. Ella es la paradoja perfecta. Ella es un ejemplo de la independencia que puede tener una mujer si realmente lo decide. Ahora bien, su método es equivocado: una mujer sola puede llegar tan lejos como cualquier hombre y sólo con sus dotes intelectuales si así se lo propone.

Mañana regalaré chocolates a las mujeres de mi casa. Los compré a una simpática pareja de ancianas que caminaban por la calle. Tendré un problema familiar si no lo hago. Me hace sentir un poco menos mal pensar que casi cada ocho días traigo dulces, chocolates o alimentos a casa de mi madre. Pero lo que es cierto es que sospecho del día de la mujer, no de lo que debería significar (aunque considere una idiotada seguir pensando en movimientos obreros) sino de lo que significa, del monumento a la debilidad y fragilidad, o mejor, a la belleza. Belleza de porcelana que ignora todo lo que una mujer realmente puede ser.

P.d. Por si acaso, si me equivoqué en las palabras griegas usadas, me vale gorro. Tal vez algún filósofo criticará mis argumentos usando esa excusa estúpida. La idea sigue siendo la misma, sin que eso afecte mi argumentación. Eso sólo probaría lo que todos sabemos: la filosofía es la rama del conocimiento machista y falocrática por excelencia.