martes, 6 de diciembre de 2011

Sexta reflexión. La educación incluyente y universal



La educación debe ser universal. Si. Y si se puede, que nos claven impuestos como locos o busquen financiación para realizar este sueño. Apuesto a que los estudiantes y a los profesores les gusta eso, y a los que ya no lo somos no. Vemos las cosas desde distintos lados de la barrera. Yo me paré en la barrera, y veo que unos piensan en que les suban el sueldo, los otros confunden eso con la calidad y los otros no esperan gran cosa de eso, les da la misma. O tal vez a todos les pasa lo mismo: el estudiante exige plata para la educación pero no va a clase, el profesor exige plata porque espera que le mejoren el sueldo, y al que no es ninguno de estos, le da la misma. Pero no nos preocupamos por la calidad. El Ministerio de Educación impone ciertos mínimos que a la larga ni se cumplen ni sirven para otra cosa que lanzar vouchers que digan “Registro de alta calidad”.
Pero no es de eso que quiero hablar. La educación, sin importar cómo la financiemos, debe servir para hacernos felices. Por educación universal no entiendo una escuela obligatoria que no llevará a otra cosa que a un montón de desempleados con título. La educación universal, como la entiendo, significa que haya una oferta suficiente para que yo, como persona, pueda buscar y alcanzar mis objetivos de vida, ser feliz. El resto es perorata neoliberal o viejocomunista. El estado mínimo  y desregulador del malvado Hayek garantiza que haya igualdad de oportunidades, mientras esa igualdad se fomente por fuera del mercado (lo dice en algún lado de “Camino de servidumbre”, no recuerdo en dónde ni tengo la cita a la mano porque regalé ese libro, pero igual al que la pida se la consigo). Las diferencias sociales son ya un problema, y más aún tratar de eliminarlas desde fuera del mercado en una economía como la colombiana, donde el dinero garantiza una “mejor” educación. Lo que un Estado debe evitar es eso. Educación pública, gratuita y con una oferta que me ayude a hacer bien las cosas para alcanzar mis sueños. Cómo se financie, no me importa. Lo que es claro es que tiene que haber componentes de formación empresarial en cualquier carrera, además de la técnica en cuestión. La siguiente implicación es que debemos tener derecho a cualquier nivel de educación. No todos queremos ser doctores. Y no nos lo pueden exigir.

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