lunes, 17 de noviembre de 2008

Sexo y conservatismo

Un conservador es, por definición, mal polvo. Conozco muchos conservadores, la mayoría tan malos godos que hasta son amigos míos. Sin embargo, no soporto a un buen conservador. Más allá de todas sus triquiñuelas electorales, tan bien mostradas en la última consulta interna del partido, los conservadores me molestan por mal polvo. Con esto me refiero a los hombres primero. Mi afirmación no proviene de la nada.
Un conservador, primero que todo, tira con las medias puestas y sólo para procrear. Y bueno, podrían hacerlo, pero háganlo bien. Pero un buen conservador, primero, se limita al misionero, en tanto allá arriba es el “varón”. Estar abajo… ¿un hombre abajo? ¿una mujer arriba? ¡si la iglesia católica no les da derecho a dar misa, por qué carazos van a estar arriba!
Otra opción serían posiciones alternativas, como poner a la muchacha en cuatro. Pero… ¿en cuatro? ¡Si así tiran los maricas! Así sólo pueden tirar los sacerdotes, y eso con niños. Total, no prueban esas posiciones. Y mucho menos pueden pensar en sexo oral… de por Dios, ¡qué tal uno darle placer a la pareja! ¡Si el sexo es para procrear y no más!. ¿y donde le quede gustando? ¡Después se amañan y se ponen exigentes!
Mujeres del mundo, en nombre del placer…eviten reproducirse con estos sujetos. Por favor.

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