sábado, 5 de julio de 2008

Liberaron a Ingrid. ¿Y los otros 699 qué?

Liberaron a Ingrid Betancourt. Antes de que alguna mente malintencionada me acuse de terrorista y simpatizante de las FARC, felicito a la excandidata por su libertad. Una vida sin libertad simplemente no puede ser llamada vida. Me alegra de corazón este hecho, y lo sabrá quien haya leído este despeñadero mental durante los últimos años.

Ahora bien, no me gustó del todo. Primero, los medios. Los medios se limitaron a hacer seguimientos y cubrimientos de la entrada de la pobre señora al baño, y no niego la importancia de esta noticia, pero en el país y el mundo pasaron muchas cosas que no fueron cubiertas, o fueron opacadas por la liberación. Cablenoticias las cubrió a diferencia de Caracol o RCN, aunque no las vi porque una linda chica me invitó a tomar vino justo cuando empezaba el noticiero y pues… Sea como sea, la liberación es importante, pero no pueden olvidarse por ella las demás situaciones. Acaba todo oliendo a cortina de humo, con todo el respeto que merece la Doctora Betancourt.

Por otra parte, se fue Ingrid y salió la doctora Betancourt. Doctora porque Salió con una posición terriblemente goda, apoyando completa e incondicionalmente a su antiguo adversario político Álvaro Uribe. Ingrid era oposición, la Doctora Betancourt quiere ser un soldado más. En un país alienado y alineado, que necesita oposición, perdimos una gran opositora. Gracias FARC, otra patanada que le hacen a Colombia.

Esta liberación, tal vez coincidencialmente, llega al tiempo con el choque de trenes entre el presidente y la Corte. Le damos más peso a la corte ahora que el presidente tiene manchada la suela de su zapato, más votos por los excelentes resultados de la política que hace 6 años dijo que acabaría la guerrilla en 8 meses. Uribe es un líder carismático, y esa es la cuota inicial de un dictador. Y a quien me venga a arrear la madre por decir eso del presidente, le recuerdo que tanto Hitler como Stalin llegaron al poder siguiendo las reglas del juego, tal y como se han seguido en nuestra democrática república bananera. Las dictaduras, ya sean de izquierda o de derecha, son dictaduras y se deben combatir. Un tercer Uribe es perpetuar una figura carismática. Quiero salirme de curso un poco para hacer una reflexión sobre la reelección.

Las FARC están debilitadas. Se les han muerto y desmovilizado varios líderes, eso no es secreto. A Uribe lo eligieron porque iba a acabar con las FARC. Si se acaban las FARC, es innecesario Uribe, así de simple. Dudo que vaya a tener una gran propuesta social o algo de valor para postularse a reelección, pero así como las FAR son un grupo terrorista sin ideología, Uribe se convertiría en un líder carismático sin plataforma política, pues el tipo no sabe hablar sino de seguridad democrática (es decir, feudal-electiva, democracia a la colombiana). Al país, y volveré sobre esto, no le conviene que se acaben las FARC; pues el presidente queda sin empleo, al igual que un sin numero de efectivos de la guerrilla, los paramilitares y el ejército. Total, toda la platica que dejaba la guerra se va a perder. Además, vamos a tener lo mismo que pasó con las águilas negras tras las desmovilizaciones de los paras: nos vamos a llenar de bandoleros dedicados al pillaje frente al desempleo que tendremos en el país. Reelegir a Uribe sería reelegir a una persona que posiblemente ya no tenga razón de estar donde está, es decir, a un líder carismático que se toma, como está haciéndolo el presidente, el control de la vida pública entrometiéndose, humillando y desautorizando los poderes legislativo y judicial. Eso, señores, es la cuota inicial de una dictadura. Eso es para preocuparse.

Volviendo a la liberación. Lo que más me preocupa son los demás secuestrados, son como 680 personas en cautiverio. Ahora que los gringos y la francesa están afuera, ni a USA ni a Francia les importan los secuestrados. Lo peor, a Colombia tampoco. Venezuela y Ecuador están fuera del juego y así no hay apoyo internacional, y en Colombia no se pensaba en los canjeables más que por estos cuatro personajes y el hijo de Clara Rojas. Ahora que todos están en libertad, ahora que los recordados están en casa, los olvidados, los soldados y policías en cautiverio son olvidados. Ya no hay que hacer lo imposible para salvarles la vida, ahora pueden morir en un rescate o un fuego cruzado, y por eso, se lamentará la muerte de los policías y se condenará a la guerrilla, pero serán bajas calculables, tolerables y colaterales. Ahora si puede haber sangre y fuego, que ningún extranjero va a morir. Eso si es que nos enteramos de que se murieron.

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